martes, 24 de septiembre de 2013

Capitulo 1

Una de las vecinas llamó a la policía al oír jaleo en la casa de al lado, en cuanto llegaron encontraron y una masacre, primero fueron a la habitación a la que pertenecía el matrimonio
estaban tumbados juntos en la cama con los ojos vendados, tapados con una sabana hasta el cuello.
Todo el suelo alrededor de la cama estaba lleno de sangre, y en las mesillas de los lados se encontraban los ojos de los dos, rodeados por un circulo de sangre y una pequeña vela negra.
-Dios bendito.
El inspector Samuel fue el primero en ver eso, no entendía como alguien podía hacer eso a alguien.
Samuel tendría unos 40 años era de estatura media pelo castaño corto y ojos marrones, era un tipo serio y bastante estricto.
Detrás de él entró una chica mas joven, unos 26 años, rubia y de ojos azules, bastante guapa, su nombre era Abie, ella era la forense, era mas amable y divertida aunque su trabajo se lo tomaba bastante en serio.
-Madre mía, ¿como es que pueden hacerle eso a una familia?
-¿Familia?
-Si, tenían un hijo, de unos 16 años.
-¿Él también esta muerto?
-Esta en coma, a el no le ha tocado solamente le pegó un buen golpe en la cabeza.
-Eso no tiene sentido.
-Yo solo te digo lo que ha pasado.
-Los ojos, están vendados...
-¿Señal de remordimiento?
-No, eso es señal de que para el asesino ellos dos estaban ciegos, por eso le arranca los ojos y les venda.
-Entonces, ¿les conocía?
-Es posible.
Abie iba a ver los cadáveres, cuando retiró la sábana se quedó impresionada con lo que vio.
-Ab, estas bien.
-No es....posible
Samuel se acercó a ella y entendía lo que esta decía, ni una misera herida, estaban perfectos.
Lo único que faltaba en su cuerpo eran los ojos, la única herida que tenían era la de los ojos.
-Es imposible, hay demasiad sangre en el suelo como para que solo les falte los ojos.
Abie no se creía lo que veía, tanta sangre y que no haya ningún sitio del que pudiera salir.
-Ab, esto te lo dejo a ti, quiero saber de quien es toda esta sangre y aparte si no te importa podrías investigar si esto es una especie de ritual satánico o algún otro.
-Entendido.
Ab se llevó los cuerpos para hacerles la autopsia e investigar que podría haber pasado.
Mientras tanto samuel fue al hospital a visitar al joven.




En el hospital David oía todo pero no podía abrir los ojos o hablar, solo podía escuchar, era bastante
agobiante, entonces oyó la puerta abrirse y los sonidos de unos tacones rompían el eterno silencio.
Una joven de cabello oscuro y ojos grises entró en la habitación y miró al joven, David podía sentir su mirada penetrante, no sabia como sabia que le estaba mirando simplemente, lo sabia.
La chica no solamente era nueva en el hospital si no que también en la ciudad. La nueva enfermera y cuidadora de David se sentó en la silla de al lado de la camilla, cruzó las piernas y enredo los dedos de una mano con la otra.
-Se que puedes oírme y creo que sabes en lo que estas metido pequeño.
David estaba asustado e intrigado, aunque su rostro seguía inexpresivo, su mente imponía miedo.
-Y si no lo sabes, poco a poco ya te lo iré contando yo, por cierto mi nombre es Melinda.
La joven se levantó de la silla y se dirigió a la puerta, antes de salir giró su cabeza y le miro fijamente.
-Me da pena que un chico como tu tenga que vivir con el tormento con el que vivirás.
Después de eso salió de la habitación, sus tacones seguían resonando por el pasillo.
Tras unos 10 o 15 minutos (realmente lo que era el tiempo era muy confuso para el)
oyó a otra persona acercarse, supuso que no era Melinda, ya que esta vez no era un sonido de tacones. Esta vez el ruido eran de zapatos de hombre, era increíble como había mejorado su oído.
El hombre se sentó en la silla en la que momentos antes la otra mujer se había sentado.
-Así que tu eres David ¿verdad?
David permaneció callado, no se movía, simplemente escuchaba lo que ese hombre decía.
-David, tus padres han sido asesinados, necesitamos saber lo que sabes.
Samuel se deprimía al no oír un mero sonido, lo único que rompía el silencio era su voz. Se levantó de la silla y se dirigió a la puerta.
-Espero que te despiertes pronto, sin ti no descubriremos nada.
De la boca del inspector se escapó un suspiro y en la mente de David había una terrible guerra, una parte tenia la fuerza suficiente para despertarse, la otra impedía ese acontecimiento, poco a poco en su mente se fue cansando, entrando del todo en un profundo, profundo sueño.



Prólogo


David se encontraba tumbado en la cama boca abajo escuchando música mientras supuesta mente estudiaba para un examen de Historia que tenia el día siguiente, serian las once de la noche aproximadamente, pero no tenia sueño y en el fondo algo se le quedaba, alguna palabra, fecha o nombre. Pasó media hora aproximada mente y sus padres se habían ido a dormir, no tenia hermanos en cierto modo se alegraba de eso. Cansado ya de no hacer nada decidió cerrar el libro, guardarlo en la mochila por si al día siguiente se le planteaba sacarlo de la mochila y mirarlo por encima como llevaba haciendo todo el día. Se levantó de la cama se quito los auriculares, y dejó el móvil en su mesilla, se estiró un poco y salió de su cuarto al baño. Cuando entró al baño se lavó los dientes, y cuando ya se estaba limpiando la boca oyó un ruido que procedía de la cocina supuso que seria su padre o su madre, no le dio importancia, apagó la luz y se dirigía a su cuarto a mitad de las escaleras oyó otra vez el mismo ruido pero esta vez mas cerca, por el salón quizás, asustado subió mas deprisa las escaleras y se encerró en su cuarto. Se tumbó en la cama y cerro los ojos, seria quizás la ultima vez que volviera a ver....